26 octubre 2005

ZAPATERO Y BONO mandan una fragata al golfo Pérsico bajo las órdenes de EE.UU.


Esta noticia que adjunto, en el caso de confirmarse, es un ejemplo más de la falta de respeto que nuestros políticos nos tienen y demuestra de forma clara y contundente que para ellos somos un cero a la izquierda que sólo necesitan un día cada cuatro años … ¡el día de las votaciones!.
Para eso, unos pocos meses antes de las mismas despliegan todas sus artes de engaño al objeto de influir en el voto que vamos a depositar en la urna.
Esto ya es el colmo y ya han conseguido que me decida de forma seria y razonada. A partir de ahora …. yo no boto mi voto … votaré en blanco a menos que surja alguien nuevo y honesto que nos de esperanzas reales para el devenir de España.
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Sin permiso de las Cortes y sin publicidad, una de las mejores fragatas de la Armada española ha zarpado de El Ferrol para incorporarse a un grupo de combate naval estadounidense. El pacifista Rodríguez vuelve a enviar tropas españolas a Irak después de haberlas retirado. Nos hemos enterado gracias a un portavoz militar norteamericano. Una cosa es ser antiamericano en las campañas electorales y otra muy distinta mantener esa política cuando se está en el Gobierno. José Luis Rodríguez alterna las bofetadas a Estados Unidos con halagos. El último, en el que curiosamente el mensajero es José Bono, que está en campaña españolista dentro del PSOE, ha sido el envío de una de las más modernas y mejor entrenadas fragatas de la Armada al golfo Pérsico para participar en la ‘guerra contra el terror’ librada por Estados Unidos.
El diario ‘La Voz de Galicia’ publicó el 19 de octubre que la fragata F-101, llamada ‘Álvaro Bazán’ y con base en El Ferrol, se había integrado en el grupo de apoyo del portaaviones nuclear ‘Theodore Roosevelt’, destinado en el golfo Pérsico y formado, además, por dos destructores, un crucero y dos barcos de logística. Es el primer despliegue de esta naturaleza que la Marina española realiza desde el 2 de julio de 2004, cuando el nuevo Gobierno, tras retirar las tropas de Irak, decidió también desligarse de la misión Libertad Duradera. La fragata española “está apoyando un dispositivo de seguridad marítima para impedir que los terroristas transporten hombres, armas y suministros utilizar el golfo Pérsico para transportar personal, armas u otros materiales, como parte de un esfuerzo mayor para establecer condiciones de seguridad y estabilidad en la región”, según declaró al periódico gallego un oficial estadounidense a bordo del ‘Roosevelt’. Para comprender la hipocresía del Gobierno de Rodríguez, el buque español desempeña su misión en la misma zona y con las mismas directrices asignados a la fragata ‘Reina Sofía’, en abril de 2003. Entonces, los portavoces parlamentarios del PSOE (Rodríguez), Izquierda Unida (Gaspar Llamazares) y el PNV (Iñaki Anasagasti) afirmaron que la presencia militar española era ilegal y equivalía a participar en una guerra. La F-101 y los 200 miembros de su tripulación permanecerán a las órdenes de Estados Unidos en el golfo Pérsico hasta marzo de 2006.

Pedir perdón a Estados Unidos
De acuerdo con fuentes militares y políticas consultadas por Minuto Digital, el envío de la fragata es, al igual que la presencia de cientos de militares en Afganistán, es la penitencia de José Luis Rodríguez para obtener el perdón de George Bush y una foto con él.
Cabe preguntarse si la participación española en este grupo naval y la presencia destacada en Afganistán nos han vuelto a colocar como blancos del terrorismo islamista, tal como pretendía la izquierda que había hecho Aznar al mandar una brigada a Irak para contribuir a la pacificación del país, después del derrocamiento de Sadam Husein.

24 octubre 2005

La "clase política" y la ruptura del pacto social

Creo que el artículo adjunto es esclarecedor sobre el momento que se está viviendo actualmente a nivel mundial y que indefectiblemente nos afecta a los españoles.
Aplicando la sabia frase: "Por sus hechos los conocereis"; nuestros políticos, la mayoría de ellos desgraciadamente, están totalmente desconectados de la sociedad a la que dicen servir.
¡Que Dios nos ayude!
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Atravesando las grandes crisis del siglo XX, los trabajadores crecieron en número, en influencia y en participación en la renta mundial. Las graves crisis de principios de siglo y el ascenso político de la clase trabajadora, pusieron fin a una primera oleada liberal. Hace sesenta años también se produjo la derrota del nazismo. Abriéndose desde ahí y en adelante un espacio para grandes equilibrios geopolíticos. En ese espacio, los trabajadores lograron sostener y extender el reconocimiento de derechos civiles y laborales, y hasta pudieron proponer cambios en los regímenes de producción y el sostenimiento de vastos sectores socializados que apoyaron políticas de bienestar, socializaciones y nacionalizaciones. En el eje social del siglo veinte llegó a constituirse un amplio pacto entre el capital y el trabajo, que permitía desarrollar una política económica en donde se admitían los rebalses. El propio keynesianismo, que permitió superar diversas situaciones críticas, partía de esa presunción, al poner el acento en el estímulo a la demanda, en el fortalecimiento del consumo de masas.
Bajo el pacto se extendieron los servicios sociales, y hasta en América Latina vimos aparecer la educación obligatoria y gratuita y amplios sistemas de seguridad social que pretendían poner un límite a los abusos de la patronal. En el clímax, surgieron visiones de salida del subdesarrollo, sobre la línea creada por nacionalizaciones, que se hacían posibles sobre amplias movilizaciones populares.
El pacto se quebró tras la crisis mundial de los años 80 y la fundación de la dogmática neoliberal que dio alas al nuevo impulso corporativo de finales de siglo. Entonces reamanece de nuevo el capitalismo salvaje que ve todas las condiciones del pacto como obstáculos, como barreras "del pasado" que deben ser derribadas. Sobre todo la barrera social representada por modelos de desarrollo alternativos, tendencias legales protectoras de la fuerza de trabajo, y la propia búsqueda de independencia del estado social. El mundo del trabajo de pronto se vio contrabalanceado por el aparecimiento de un nuevo empleador demasiado poderoso, la corporación trasnacional, y por la retirada del estado, sobre todo en las zonas coloniales, en donde éste abandona las veleidades desarrollistas y se pone como aliado de la expansión corporativa. Mundialmente el crecimiento ya no es desarrollo, sólo crecimiento de acumulación muy concentrada. Para el trabajador quedó el empobrecimiento.
Todo esto implicó un completo remodelaje del sistema clasista. A poco, parecen una burguesía, una burocracia y una "clase política" completamente transnacionalizadas. Su proyecto va a ser en adelante el fortalecimiento de la nueva fase de expansión capitalista. A esto sigue una profunda descomposición de la pequeña burguesía y del propio proletariado, que son arrancados de sus expectativas habituales y son sumergidos en una masificación donde sus expectativas vienen a ser dirigidas por el aparato corporativo a través del mercado (control del trabajo y del consumo) la media y los mecanismos culturales y políticos emergentes.
Durante un par de decenios este proceso se intensifica, y entre sus manifestaciones está la confiada instalación de sistemas políticos fundados en la mercadotecnia y el vaciamiento ideológico que se vende como "democracia". En el seno de este sistema, la solución de las diferencias queda entregada a la "clase política" que disfruta por un tiempo de un voto de confianza entregado por una generación que todavía tenía las obsesiones del pacto olvidado: representatividad, pluralismo, vía pacífica, capacidad de negociación frente al poder económico, estructuras de bienestar, responsabilidad frente a las bases sociales. Es decir, la "clase política" era una posibilidad en tanto obedeciera, al menos en la esperanza, a ese anterior "contrato social", ese que permitió un cierto progreso en las demandas del pueblo y un cierto equilibrio al sector pudiente. Pero esta nueva clase política se desbalancea en la carrera enloquecida de oportunidades, y pronto viene a ser la mezcla compactada de viejos represores y antiguos "reformistas" en busca de fortuna.
Ya en el giro del mileno, las demandas del capital, vino a crear un orden nuevo, donde la condición de pertenencia a "la clase política" vino a ser el de una subalternidad frente al sistema corporativo. Y para ellos llegó a ser un mandamiento "transnacionalizarse o perecer". Un monotema que se transformo en el corazón de proyectos personales y políticos de los integrantes de la mencionada "clase". Su conciencia de clase, en estos casos, vino a ser el éxito, la participación en la ganancia corporativa, el reconocimiento de la cumbre del dominio, un lugar en el reality show y en las generosidades de la corrupción. Los de más abajo pasan en este esquema a ser NADA.
Así, los "miembros de la clase política ", "elite política" o como se les llame, vinieron a encontrar que precisamente su "poder" era un poder delegado, o compartido, donde la soberanía no residía en el pueblo sino en la corporación o red corporativa a la que habían entrado a servir, o a su redundancia, el estado global o imperial en formación. Si eran Presidentes, Alcaldes, Gobernadores o Diputados, no representaban ya para nada a cuerpos de electores, ni menos la voluntad de esos electores. Una vez "elegidos" (y para eso se había precisado de mucha mercadotecnia, ingenio importado, conexiones valiosas y dinero), su posición entraba a funcionar en un organigrama que sostenía su dependencia desde puntos de inspiración extraelectorales.
También se rompió la estafeta pluralista. Una competencia entre gentes que se identificaban con proyectos e ideologías de enjundia social reconocible. No había pluralidad desde que todos los "miembros de la clase política" adoptaron el pensamiento único. ¿Puede haber hoy alguien más escrupulosamente neoliberal que el "laborista" Tony Blair? ¿Acaso los socialistas franceses no votaron junto a Chirac por la constitución neoliberal europea? La Concertación "socialista" que gobierna a Chile, lo hace con la Constitución de Pinochet, en completo acuerdo con las corporaciones que explotan al país. El Partido "de los Trabajadores" de Lula es el instrumento feliz de la expansión corporativa en Brasil, y el que ordena su completa apertura, mientras sus líderes construyen su futuro en las rampas de la corrupción. ¿Pluralismo, diferencia frente a las posturas de Cardoso? Sólo identidad. Hace pocos días México conoció un documento que llegaba de la selva lacandona, un balcón desde donde se apreciaba la identidad entre el PRI, el PAN y el PRD, identidad que no dejaba lugar a la concurrencia popular. De este modo, un gobierno de Bachelet, en Chile, no se ve muy diferente a un gobierno de Piñera, y un gobierno de "AMLO" en México, muy similar al de cualquier otro partidario del "liberalismo social". Quizás todavía pudiera estarse ofreciendo la opción entre un derechismo extremo y confesional y un derechismo moderado y laico. Con lo que de pronto, la ostia podría llegar a ser relevante.
La clase política ha usufructuado con gran oportunismo de las ideologías y políticas reformistas del pasado. Desde luego, vienen a constituirse como los personajes del castillo kafkiano, en este caso el Estado, que fetichizan, al que se pegan, al que dicen defender, arañando su presupuesto. Los miembros de la clase política—que a veces se diferencian de la burocracia—construyen a la sombra del estado, y con los recursos públicos, la extensión de su poder. Y a ratos parecieran estarlo resguardando. En períodos "democráticos" han conseguido financiar sus campañas, y hasta han parecido dedicados a "la reforma del estado", a fin de perpetuarse en sus nichos. En muchos países la clase política ha logrado ajustar un sistema de reelección que los convierte en vetustos senadores romanos. Pero para aplacar las presiones de abajo, toman también los predicados de los tiempos de Brechnev, (al que muchos de entre ellos rindieron culto en su tiempo), y reinstalan un altar a "la vía pacífica", enderezada en contra de toda movilización popular que llegara a amenazar su eternidad. Se vio eso claramente en Bolivia y en Argentina. Y en Chile eso es pan nuestro de cada día,
Obviamente esta facción de la clase dirigente, que se ha especializado en la maniobra y el mando, no constituye una barrera frente al otro poder rondante: el gran capital. La clase política hace tiempo que ha pactado con los grandes negocios, y sus miembros hasta se asocian con ellos de muchas maneras: participando en Directorios, aceptando dádivas y subvenciones, concertando estrategias comunes, compartiendo su dogmática: el parlamentario de la clase política razona liberalmente. Ser neoliberal es ser "pragmático".Y el capital va con ellos, porque son un resorte indispensable en la protección de sus inversiones. El nuevo modelo colonial –que no precisa de virreyes ni de legiones extranjeras—un modelo muy barato, utiliza a las elites locales. Se acepta al centrista y al socialista moderado si, y sólo si, éste apoya las privatizaciones, las concesiones, el saqueo del país. Esta capa no tiene pues capacidad de negociación –o de oposición—frente al poder económico.
¿Cómo podría entonces, en el despliegue de su política, ofrecer un apoyo al desarrollo de un establecimiento de bienestar? Eso no está en la agenda corporativa, y por eso no está en la agenda de "la clase política". Ellos sólo pueden hacer valer "la mano invisible del mercado", ésa que extrae la energía y el valor de la gente, y cierra su puño para aplastarlos. Quizás por eso, hoy "la clase política", que es tan idéntica y unánime en su discurso, y en eso de solapar las aventuras del capital, no tiene proyecto que ofrecerle al pueblo. Por eso ha llegado a ser irresponsable.
La clase política ha tenido ya muchas oportunidades para darse cuenta que comienza a fracturársele el piso. Comienza a abrirse una falla geológica—podría decirse—entre ellos y el pueblo. Por eso, el inefable Blair, que quizás en esto hace de portavoz de otros más advertidos, anda tronando con que "debemos preocuparnos de la cuestión social", "debemos atender las demandas del pueblo". Bueno, eso en Europa. En América Latina, los candidatos de la clase política miran primero las encuestas, y si en ellas ven que debe castigarse a los asaltantes y pedófilos, ellos braman "en nuestro gobierno, aplicaremos mano dura contra los asaltantes y los pedófilos". Pero es que en Bolivia, el pueblo está pidiendo mano dura contra las empresas de hidrocarburos. Y en eso, la clase política no lo acompaña.
En Europa recientemente se dio el caso de que la Constitución fuera aprobada sólo cuando se la votó en los parlamentos. Cuando se la llevó a referendo popular, la Constitución recibió un rotundo No. Esto, en buen romance, significaba que los miembros de los parlamentos pensaban diferente y en contra de las bases sociales. Esto implica una verdadera crisis. Una crisis de representación.
Las situaciones que van indicando la extensión de la falla, encuentran otras expresiones en países como Estados Unidos, en donde o vota sólo una pequeña parte de la población, o los comicios son falsificados. Claro que allí, el poder es enorme, y por eso logra equilibrarse, o mejor autopropulsarse hacia soluciones externas que poco a poco lo han ido llevando al disparate en que hoy se encuentra el mundo.
Y aquí viene la cuestión: en países rajados por esta falla, como los de América Latina, el poder de la clase política, poder delegado, manejado desde fuera, poder de colonizadores, depende demasiado del estado del delirio imperial. Y la escalada de esas presiones pudiera conducir a la completa revelación de su rol mentiroso, como se ha visto –insistimos en el interesante experimento-- en el caso boliviano. Llevándolos a perder el resto del ascendiente que todavía pudieran conservar.
Como están las cosas, se puede presagiar que la falla se continuará extendiendo, que el abismo que ya separa a las direcciones falaces de otros tiempos, ya nada lo podrá llenar. Pudiera ser que en algunas partes ya se están claveteando las carretas a donde subirán los pueblos alguna vez a esas "clases políticas" y "elites políticas" para llevárselas, seguramente con toda certidumbre y decisión, hacia alguna parte.

14 octubre 2005

Cómo elegimos a nuestros parlamentarios

Al final de la dictadura de Franco, con una oposición débil, con unos partidos con estructuras incipientes, una fragmentación de partidos, partiditos y asimilados, y con un miedo real a que el caos y enfrentamiento de partidos pudiera destruir la democracia antes de su consolidación, se optó por reforzar las estructuras de los partidos buscando, conscientemente, que fueran fuertes y poco numerosos. Con estos criterios se elabora la legislación electoral. Todos estos objetivos han sido cubiertos no sólo de forma satisfactoria, sino que en la actualidad es necesario revisar las consecuencias perversas de otro tipo que han generado.

10 octubre 2005

Inmigración

El tema de la inmigración es muy complejo pues tiene muchas aristas que no sólo se refieren a la economía.
Sin embargo, para mí hay una cuestión básica:
  • Los países, es decir, sus dirigentes, tienen la obligación de proporcionar a sus ciudadanos las mejores condiciones de vida posible para que éstos no tengan que emigrar a otra nación ... bien por cuestiones económicas, cuestiones de calidad de vida o cuestiones de intolerancia política.
Si lo anterior se cumpliese no habría los niveles de inmigración actuales ya que las personas tienden a permanecer en su país por una lógica elemental de familia, costumbres, idioma, etc.
Eso no quita para que exista el desplazamiento por turismo o por trabajo, pero entendido éste como una necesidad de la empresa en la que el individuo presta sus servicios y no como una "expulsión" de su propio país por las condiciones imperantes en él.
Ahora bien, y puesto que estamos como estamos, los países receptores es evidente que pueden elegir y que pueden decir cual es el número de los que pueden acoger sin que pongan en precario la estabilidad de las instituciones, sobre todo las de asistencia social, y por supuesto la convivencia.
En ese terreno, y ya que se ha hablado tanto de los EEUU y de Europa, éstos nunca han puesto traba a la inmigración que puede aportar algo.
Lo que a un país le importa es aquello que puede mejorarlo y lo que no tolera es aquello que puede hacer tambalear su nivel de vida y sus costumbres.
Las grandes masas de gente analfabeta que intentan penetrar en las naciones desarrolladas son una bomba de tiempo que amenaza dinamitar, como he dicho, las instituciones de los países que los reciben. Tal vez es duro, pero es la realidad; como lo es que no deberían existir si sus gobiernos hiciesen bien las cosas.
¡Eso es, al fin y al cabo, el meollo de la cuestión!
Los que escriben sobre la inmigración cargando las tintas sobre los países receptores entre los que se encuentra nuestra Patria, España, como por ejemplo el Sr. Alba Rico en
Rebelión, no se si es que son tontos integrales o se hacen.
Seguramente el no tiene acogidos en su casa a los inmigrantes que llegan y seguramente que no los mantiene, como tampoco lo hacen sus compañeros de críticas.... pues para eso están los demás.
Por supuesto, hay que dejar muy claro que no estoy a favor de los tratos inhumanos, en eso soy radical; pero si los inmigrantes presionan las fronteras de los EEUU y Europa es por lo que ya escribí... SUS GOBIERNOS LOS HAN EXPULSADO DE SU PROPIA PATRIA y siendo eso así, los demás actores de ese drama, incluida la Guardía Civil que no es culpable de las órdenes y de los errores de nuestros políticos, no tienen ninguna responsabilidad, ni se les puede exigir por parte de los escritores aludidos ni por parte de los propios inmigrantes que hagan lo que sus propios dirigentes no han hecho.
¡Así de claro!
Los que escriben como el autor de este artículo primero deberían acoger y mantener a esas personas para empezar a tener fuerza moral a la hora de hablar y escribir.
Una cosa es ayudar al prójimo y otra que el prójimo venga a destruirte y lamentablemente eso es lo que está sucediendo y lo que se viene encima en el futuro.
Ya he mencionado que la pobreza es una bomba de tiempo que ya ha comenzado a estallar; pero esa pobreza no es culpa de los ciudadanos normales y corrientes de los EEUU o de Europa, es culpa de una élite, económica y política, cuya avaricia sin freno ha llevado a esta situación.
Ahora se les pide a esos ciudadanos, a Juan Pueblo, que sacrifiquen su forma de vida y que sacrifiquen el futuro de sus hijos.
En vez de hacer que el mundo avance en el sentido de hacer a todos ricos, se pretende hacer a todos pobres.
Creo firmemente que se avecinan tiempos oscuros para todos.

09 octubre 2005

Estatuto catalán : Ha comenzado la puja en la subasta de naciones.

Si España y los diputados salidos de las elecciones generales optan por respetar la Constitución acordada en 1978 por la inmensa mayoría de los españoles, que declara la unidad indivisible de la Nación española, la propuesta aprobada ayer por el Parlament catalán está abocada a su puro rechazo.

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La inmigración puede quebrar la Seguridad Social

Este editorial me parece muy preocupante para el futuro de los ciudadanos españoles.
Como llevo 16 años viviendo fuera de España me doy cuenta de lo que sucede en el exterior de nuestra Patria y entre las cosas que veo, observo como nuestros políticos derrochan el dinero público, nuestro dinero, a manos llenas para ayudar a otros mientras olvidan a aquellos con los que tienen la verdadera obligación... NOSOTROS ... los españoles.
Es vergonzoso y escandaloso que queramos solucionar los problemas de los demás, sin haber solucionado los nuestros. Yo he sufrido en carne propia (nadie ha tenido que contármelo) el estar en mi propio país, España, necesitar la asistencia de la Seguridad Social y cobrarme por prestármela; mientras, se la dan gratis a los que no son españoles.
Definitivamente algo va muy mal en España.

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LA INMIGRACIÓN PUEDE QUEBRAR LA SEGURIDAD SOCIAL
La permisividad de nuestras autoridades con la inmigración esta llegando a extremos grotescos. Sí en el pasado proceso de regularización masiva ya se rebajaron los requisitos para obtener “los papeles”, ahora son las autoridades judiciales las que contribuyen al descontrol total, abriendo la posibilidad a que los inmigrantes ilegales excluidos en aquel ya de por sí laxo proceso, puedan regularizar su situación.
El juzgado nº 2 de lo contencioso administrativo de San Sebastián ha resuelto que ya ni el padrón es un requisito indispensable para tramitar la legalización.
Según las estimaciones del Colegio de Abogados de Guipúzcoa más de 50.000 ilegales podrán beneficiarse de este fallo judicial. Numerosos colectivos de inmigrantes han celebrado esta sentencia, que abre la posibilidad de obtener “papeles” a cualquier ilegal con un simple “pasaba por aquí”.
La irresponsabilidad de permitir una inmigración descontrolada con una política a la que le es indiferente que entren en España uno que ciento, tendrá gravísimas consecuencias, no solo en el ámbito de la seguridad ciudadana, en la asimilación de estas grandes bolsas de extranjeros e incluso en la seguridad nacional dado que junto a inmigrantes ilegales es seguro que se nos han colado radicales islámicos que no dudaran en volver a actuar cuando el gobierno de turno haga algo que no les guste; sino que repercutirá en nuestro sistema social, poniendo en peligro el propio estado de bienestar.
No hay que ser muy listo para deducir que nuestra Seguridad Social, que ya se las ve y las desea para cubrir las necesidades actuales, se verá desbordada para hacer frente a las prestaciones para toda esta avalancha de nuevos demandantes de servicios gratuitos. El colectivo de los inmigrantes contribuye poco a la Seguridad Social, dada su precariedad laboral y sus escasas cotizaciones, pero por el contrario aporta importantes cargas dado su alto índice de natalidad que hace, que a través de la agrupación familiar la Seguridad Social engorde sus beneficiarios sin el justo equilibrio del aumento de sus cotizaciones.
La descabellada política que ha permitido la permanencia en España de miles de ilegales sin adecuar su número al mercado laboral y la extensión temporal de esa permanencia a inmigrantes estacionales provocará, al primer bache económico serio, que suframos la quiebra de nuestro sistema asistencial.
Del riesgo del estallido social que entonces puede producirse sólo habrá unos responsables: nuestras actuales autoridades.

08 octubre 2005

¿Le importamos a nuestros políticos?

Si nos atenemos a las manifestaciones de los mismos (los dos principales lideres D. José Luis Rodríguez Zapatero, actual Presidente de Gobierno, y D. Mariano Rajoy, Presidente del mayor partido de oposición, repiten a diestra y siniestra que están para servir y escuchar a los ciudadanos) ... mucho, pero si hacemos caso de aquello de "que por sus obras los conoceréis", entonces la cosa cambia.
Max Weber en el año 1919 publicó una obra en la que hablaba sobre la política y entre otras cosas decía: "Quien hace política aspira al poder; al poder como medio para la consecución de otros fines (idealistas o egoístas) o al poder "por el poder", para gozar del sentimiento de prestigio que él confiere". "Lo que los jefes de partido dan hoy como pago de servicios leales son cargos de todo género en partidos, periódicos, hermandades, cajas del Seguro Social y organismos municipales o estatales. Toda lucha entre partidos persigue no sólo un fin objetivo sino también, y ante todo, el control en la distribución de cargos". "Desde la aparición del estado Constitucional y más completamente desde la instauración de la democracia, el "demagogo" es la figura típica del jefe político en Occidente". "¿Cual ha sido el efecto de este sistema? (se refiere al sistema de organización de los partidos políticos y a la elección de sus miembros para los puestos de gobierno). El de que hoy en día, con excepción de algún que otro miembro del Gabinete (y algunos originales), los miembros del Parlamento son, por lo general, unos borregos votantes perfectamente disciplinados". Esto, como queda dicho, fue escrito en el año 1919, pero, perfectamente, puede asumirse como dicho hoy.
Podría añadir más sobre lo manifestado por Weber, pero creo que lo expuesto es más que suficiente para darnos una idea de la naturaleza de la mayoría de nuestros políticos actuales.
Como citaba al principio, el Sr. Rodríguez Zapatero ya desde la campaña política prometió, entre otras cosas, cambiar la forma de gobernar y para ello propugnaba acercarse al ciudadano y escucharlo.
Al Sr. Rajoy, tras obtener la Presidencia del Partido Popular lo acabo de ver prometer lo mismo en un programa de TVE que he visto desde Costa Rica en donde resido actualmente.
Sin embargo, si Usted, amable lector, se dirige a la página del Congreso, por poner un ejemplo claro y sencillo, verá con asombro como el 90% de nuestros representantes del PP esconden su dirección de correo electrónico (en los otros partidos también hay diputados invisibles pero en menor cantidad que en el llamado partido de oposición); acepto que no divulguen su dirección personal, que es sacrosanta, pero es impresentable que escondan una dirección PUBLICA, que no les pertenece a ellos sino que a todos los ciudadanos que somos los que les hemos puesto ahí para que nos representen y pongan en práctica el mandato que les hemos dado... ¿es así como el Sr. Rajoy y sus compañeros pretenden escuchar a sus compatriotas, dificultando la comunicación con ellos? o ¿será que el Sr. Rajoy y la mayoría de nuestros políticos, salvando las excepciones que confirman la regla, piensan que sólo se representan a ellos mismos y a sus intereses y que sólo nos tienen que "escuchar" una vez cada cuatro años cuando depositamos nuestro voto en las urnas?.
¿Cuanto tiempo llevan enclaustrados en la política viviendo no "para" sino "de" ella enchufados a la teta del Estado?. ¿Cuanto tiempo más debemos soportar a demagogos que piensan que somos "tontos útiles" que servimos para asegurarles su continuidad en el aparato estatal? Y digo continuidad, pues no vivimos en una democracia sino en una partidocracia en donde sus agentes, los partidos políticos, sirven, como decía Weber, para mantener los privilegios de unos pocos en detrimento de la inmensa mayoría.
Los partidos políticos "controlan" quien es el que se va a postular y así, por una parte la mayoría de los ciudadanos no podemos optar a ser elegidos y por la otra no podemos elegir a quién votar ya que nos vienen impuestos en las listas partidarias teniendo que darles nuestro voto nos gusten o no; a menos que, siguiendo lo escrito por Saramago en su última obra "Ensayo sobre la lucidez", votemos en blanco.
Tal vez, y a no tardar, lleguemos a eso.

Al Congreso de los Diputados

Sr. Presidente del Congreso
Srs. Diputados
Congreso de los Diputados
Madrid ESPAÑA
Managua (Nicaragua), 27 de Abril de 2005
Muy señores míos:
Soy un ciudadano español residente en el exterior en pleno goce de mis derechos constitucionales y me dirijo a Ustedes en virtud de:
1) El derecho de petición que la Ley me otorga.
2) Ustedes son los representantes de los ciudadanos y por lo tanto ¿nuestra voz? en el Congreso.
3) El Congreso tiene, entre otras misiones reconocidas por la Ley, hacer un seguimiento del Poder Ejecutivo y en ese sentido puede hacer interpelaciones al mismo.
Así pues, les remito las siguientes preguntas que solicito formalmente y de acuerdo al mencionado derecho que la ley nos otorga a los ciudadanos sean hechas al Sr. Ministro de Asuntos Exteriores como máximo responsable de la actuación de los funcionarios del servicio exterior:
1) Entiendo, y entienden otros españoles residentes en el exterior con los que he intercambiado puntos de vista, que nuestras representaciones diplomáticas tienen la obligación de ayudar y proteger a los ciudadanos españoles que residen en sus circunscripciones. Ahora bien, cada vez que solicitamos auxilio se nos dice que no pueden hacer nada y la única actividad que realizan en nuestro favor es la renovación del pasaporte. A la vista de lo anterior, ¿para que sirve la ingente cantidad de recursos públicos que se gastan en el mantenimiento de nuestras Embajadas, (que conlleva sueldos excelentes de esos funcionarios, buenas residencias, buenos vehículos y excepcionales prerrogativas diplomáticas que les permiten moverse sin cortapisas) y que salen de nuestros bolsillos?.
2) Los españoles residentes en el exterior estamos conscientes de que las Embajadas no pueden dar órdenes a los Gobiernos ante los que están acreditadas; sin embargo, eso no es óbice para que defiendan a los ciudadanos españoles cuando sus derechos son conculcados pues para eso son las prerrogativas diplomáticas antes citadas, que están recogidas por la Convención de Viena, y que sirven para poder dirigirse a las autoridades correspondientes expresando su protesta. ¿Por qué no lo hacen?.
3) La respuesta "no podemos hacer nada" ¿es una determinación tomada por los funcionarios del servicio exterior de "motu propio" o es una orden emanada del Gobierno español en el sentido de dejar abandonados a su suerte a los ciudadanos españoles residentes en el exterior?.
4) ¿Por qué el Gobierno español sigue usando el dinero público, el de todos los españoles, para financiar a gobiernos declaradamente corruptos y que además niegan los derechos más fundamentales a los ciudadanos españoles que residen en sus países?.
Veamos Señorías si en verdad nos representan.
Atentamente,
Miguel R. de Arriba Escolá